La diarrea en sí no debemos de
considerarla como una enfermedad, sino como un síntoma producido por variación
en la temperatura tanto del perro como del ambiente, debido a que ha bebido
gran cantidad de agua, debido a alimentos en mal estado o puede estar
relacionada con otras enfermedades de menos o mayor gravedad. Las diarreas son
una inflamación de las membranas mucosas del intestino cuyo resultado es que no
se realiza correctamente la digestión y la absorción de nutrientes es escasa.
Síntomas como la diarrea o el vómito de
manera esporádica son comunes, las complicaciones aparecen cuando estas señales
pasan a ser continuas. Siempre que la diarrea o enteritis dure más de 24 horas
o vaya acompañada de sangre, deberemos de acudir a nuestro veterinario para que
dé un diagnóstico al problema y un tratamiento al mismo. Probablemente no sea
grave, pero si no se pone remedio a tiempo, nuestro perro terminará por
deshidratarse, proceso que se acelerará en cachorros. Por otro lado, una
diarrea prolongada puede ser el indicio de alguna enfermedad como el moquillo o
la parvovirosis, coronavirus, ..., que pueden resultar fatales.
Hemos de diferenciar entre:
- Colitis. Se produce la inflamación del intestino delgado. Cuando se inflama, el cólon pierde la capacidad de absorber agua y almacenar las heces, de ahí que se produzca una diarrea frecuente, a veces con mucosidad y sangre. Uno de los síntomas más característicos es ver al perro en continuas deposiciones, sin que la cantidad de as mismas sea grande. Las heces aparecen cada vez más acuosas.
- Gastroenteritis. Se produce una inflamación de las mucosas del estómago acompañada de la inflamación de las mucosas intestinales. Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de vómitos, diarreas y dolor abdominal.
- Tristeza.
- Cansancio o abatimiento.
- Dolor abdominal.
- Consistencia de las heces. Con el paso de los días, pasan de ser blandas a ser líquidas.
- Heces acompañadas de mucosa y sangre.
- Deshidratación.
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