Golpe de calor

El calor, un gran enemigo para nuestro perro

 El calor es muy peligroso para nuestros perros, ya que estos son mucho más sensibles que los humanos a este.

La hipertermia, lo que la gente de a pie conocemos como “golpe de calor”, produce una subida de la temperatura interior del cuerpo del perro, debido a la incapacidad de este para regularla. Los perros regulan su temperatura mediante los jadeos o el sudor que eliminan a través de las almohadillas de sus patas.

Controlar el esfuerzo físico con calor

Lo más normal es que el golpe de calor se produzca cuando el perro se encuentra sometido a altas temperaturas en lugares donde hay poca ventilación, porque es sometido a grandes esfuerzos a pleno sol o porque se les prive de agua fresca para beber, lo que el perro puede deshidratarse. De ahí la importancia de facilitar al perro el poder beber agua mientras estamos cazando, bien llevándola nosotros en una botella o bien acercándonos a un arroyo o riachuelo.

Un perro puede morir dentro de un coche expuesto al sol en tan solo 10 ó 15 minutos.

SÍNTOMAS:

Facilitar la hidratación de nuestro perro

• Presentará un jadeo incesante y entrecortado.
• Falta de atención.
• Falta de fuerzas.
• Aumento del ritmo cardíaco.
• Negativa a moverse.
• Cianosis. El color de las mucosas bucales de vuelve de color azulado (encías).
• Deshidratación.
• Alteración de la salivación.
• Vómitos.
• Tambaleo o perdida de conocimiento.

Se pueden producir consecuencias gravísimas para nuestro compañero, como hemorragias, insuficiencias hepática o renal (puede quedarle dañado un riñón, ...), edema cerebral, fallo multiorgánico o incluso llegando a la muerte por parada respiratoria.

FORMA DE ACTUAR ANTE UN GOLPE DE CALOR  

No olvidar la importancia de que se refresquen

Debemos de tener muy claro que la temperatura se la tenemos que bajar de forma gradual, no de golpe, ya que las consecuencias pueden ser devastadoras para el perro.

Deberemos de trasladarle lo antes posible al veterinario, humedeciéndole con un pulverizador o mediante paños húmedos, sobre todo, el cuello y la cabeza. Nunca envolver al perro en toallas o mantas mojadas, ya que no dejarán que salga el calor. Le humedeceremos la boca, sin forzarle ni obligarle a beber. No dejar que beba en exceso, ya que podría ahogarse.

Si por el motivo que fuera no podemos llevar a nuestro perro inmediatamente al veterinario, procederemos de la siguiente manera:

• Llevarle a una sitio fresco.
• Mojar al perro mediante una manguera, una garrafa o sumergirlo en agua a unos 20ºC, hasta que recupere la respiración normal.
•  Humedecerle con un pulverizador o mediante paños húmedos, sobre todo el cuello y la cabeza.
• Humecerle la boca, sin forzarle a beber. No dejar que beba en exceso, ya que podría ahogarse.
• Cuando recupere una respiración normal, dejarlo sobre una toalla o manta húmeda.

IMPORTANTE: En cuanto podamos, deberemos de llevar a nuestro perro al veterniario a pesar de haber seguido las pautas anteriores, ya que necesitará su atención, control y medicación que estime necesaria.